Advertencia: Es posible que encuentren comentarios personales y subjetivo a lo largo del siguiente contenido.
El primer plano que vemos de este
episodio es la incomocidad–genuina y terrible-
de Laura al tener que compartir su noticiero con Mattie quien aprovecha
la oportunidad para aconsejar a los estudiantes a cooperar con los chicos de la
corporación Corvae para toma de muestras de tejido y sangre, evitando que les
den choques eléctricos y, bueno, tomarlos de todos modos.
Tu cara cuando la familia de tu novia no es de tu agrado. |
Laura parece tener problemas con la
familia de Carmilla, pues su primera acción tras la partida de la señorita
Belmonde es imaginar que la asfixia con sus propias manos (Un humano puede
soñar…) pero lo máximo que puede aspirar es a que el anciano Vonderberg le de
información de utilidad para hundir a su cuñada.
Un rato y 6 episodios de Scandal despues... |
Y al no tener otra cosa que hacer,
como buena mortal y fanática de las series actuales recurre a calmar sus
nervios viendo seis capítulos de “Scandal” recordando de un momento a otro que
tiene una novia súper sexy leyendo a sus
espaldas por lo que la invita a unirse en su maratón de la serie.
Carmilla
juega bien sus cartas al invitarla mejor a unirse a ella sobre el diván, la
chica no puede negarse ante semejante oferta uniéndose a ella segundos después.
Tenemos el inicio de una de las escenas más romántica, triste y tierna- en
diferentes proporciones pero todas presentes-, Laura le pregunta el porqué de
su tranquilidad teniendo en cuenta de que su hermana y, posiblemente,
Vordenberg podrían estar planeando algo horrible en ese momento… Carmilla no
parece prestar atención o interés a las preocupaciones sobre la junta directiva
que tiene su chica, en su lugar la vemos mucho más taciturna de lo normal,
tanto que hasta Laura se da cuenta (¡Por fin!)
La conversación toma un aire un poco
triste, por primera vez desde que empezaron los problemas en el paraíso Laura
le pregunta si se encuentra bien y Carmilla- como podríamos esperar- le
contesta que está bien, no obstante, está pensando en algunas cosas, en ningún momento levanta la mirada del libro
está leyendo por lo que Laura decide leer el contenido- quitándoselo de las
manos a Carm- y descubrir lo que tiene a su amada inmortal tan apagada.
“Aquellos que prefieren sus principios sobre su felicidad, rehuyen a ser felices fuera de las condiciones que parecen estar de acuerdo a su felicidad.” Albert Camus.
Intenta equilibrar la tensión de la frase con
un poco de humor pero Carmilla defiende la percepción al autor al comentar que
él entendía que hay otras percepciones sobre el amor. Tal
afirmación pone un poco triste a Laura.
Carmilla le pide imaginarse la siguiente situación hipotética: si se
lo pidiera, se escaparan esa noche, lejos de cualquier sitio donde hubieran
asesinatos o hermanas, pasar sus noches en habitaciones de hotel, nunca
regresar a una ciudad por segunda ocasión. Ir a un sitio donde no pudieran
decepcionar o fallar, incluso donde no
tuviesen que salvar a nadie. Un sitio donde fueran sólo ellas y su amor (Si
Laura no accede, yo me ofrezco voluntaria…) Tal propuesta es tan hermosa que suena
a utopia.
En esos efímeros tres segundos que
dura el silencio previo a la respuesta de Laura todo parece perfecto hasta que llega ese PERO que lo arruina todo.
Laura no quiere abandonar a sus amigos, ni a la universidad. Al parecer lo que
ella imagino sobre la huida no es nada similar a lo que Carmilla- o cualquiera
de nosotros- imagino, porque aunque pudieran ser felices de esa manera (¡Laura
por dios!, no es una posibilidad es un hecho) siente que se volvería una
persona vacía y que ambas perderían la esencia de lo que son.
Aquí es cuando Carmilla- y yo- se
molesta dando por cerrado todo el asunto de la huida imaginaria recientemente
frustrada por su poco- o nada- imaginativa novia.
Si el corazón de la vampira no se rompió al ver sus ilusiones
pisoteadas por la terquedad del complejo de heroína de Laura, el mío si.
Pasamos a la mañana siguiente para ver
que Laura sigue emocionada con la idea de conocer al
Tatara-tatara-tatara-tatara nieto del héroe que salvo Styria del azote
vampírico que ataco en su época – mayores detalles, acudir al texto de J.
Sheridan Le fanu-, Carmilla no parece estar divertida con la idea así que se
escaquea antes de que arribe el anciano.
Cuando por fin conocemos al famoso
barón- muy simpático él- rápidamente hace caer las expectativas de Laura al
hacer de su conocimiento que cualquier cosa que Mattie tenga planeada, seguramente
ya no están en tiempo de detenerla. Laura insiste en que debe tenerl algo de
poder al estar en la junta directiva pero el afirma que es un formalismo. Así
que ahí tenemos, el “posible aliado” en el que Laura depositaba sus esperanzas
no es más que un amable hombre que no
tiene ni información que ofrecer.
En mis tiempos... No, nada hubiera detenido a Mattie. |
Culminamos el episodio con algo que se
está volviendo casi costumbre: Perry gritando por algún extraño suceso del que
sólo ella es victima. Entra en escena para pedir que no le hagan mayor caso, quizá
sólo está alucinando… la cosa es que no lo ésta, pues una voz masculina,
seguida por la entrada de “Will” desnudo entran en el plano, sólo que su forma
de hablar y su actitud no son para nada similares al vampiro-que-Perry-mato-el-año-pasado.
Y así cerramos la semana.
Contenido extra:
Como no, cortesia de Satan.
¡JP vive! |
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